Columna Diario Opinión: Coronavirus: impacto tributario en las mypes.
La pandemia del covid-19 es uno
de los grandes desafíos a nivel mundial que está enfrentando la humanidad,
ocasionando grandes pérdidas humanas, desempleo, crisis en la salud pública y
en nuestra economía. Frente a esta caótica situación, el Gobierno dispuso una
serie de medidas para tratar de mitigar la propagación del covid-19, y reactivar
nuestra economía.
La actual crisis del covid-19 ha
exigido al Gobierno que emita normas de carácter tributario para aliviar la
carga tributaria de los contribuyentes, ante el impacto negativo económico que
atraviesan en un contexto impredecible y pernicioso.
Las disposiciones tributarias
dadas por la propagación del covid-19, como la postergación de las obligaciones
tributarias, aplicación de la facultad discrecional, en no imponer multas por
infracciones tributarias incurridas por los contribuyentes durante el Estado de
Emergencia Nacional, la postergación en la presentación de libros electrónicos,
pagos de impuestos, la creación del FAE-Mype para garantizar los créditos de
capital de trabajo para las micro y pequeñas empresas (mypes) de todos los
sectores productivos son algunas de las medidas a corto plazo, pero no resulta
suficiente ante esta nueva normalidad.
En efecto, corresponde al Estado
proveer el alivio fiscal necesario para no ahogar a los contribuyentes,
principalmente a nuestras Mypes, quien es el sector más perjudicado por la
pandemia. La importancia de las mypes en el Perú radica en su versatilidad y
gran dinámica para la generación de empleo y riqueza, tienen la capacidad de
crear productos y servicios individualizados, diversificar actividades
económicas y tienen rápida propagación en el comercio.
Las mypes tienen un rol
importante en la contribución de la economía de nuestro país, pero el sector
que les cuesta formalizarse, porque su debilidad reside en el alto costo que
implica mantenerse en el tiempo como empresa. Es el sector menos protegido y
más susceptible de que sea sancionado o multado con onerosas multas tributarias
y/o administrativas, por ser más rápido de identificarlos. Si eres más chico es
más fácil detectarte. Nuevamente queda demostrado que la aplicación de las
medidas de distanciamiento social al contexto socioeconómico y geográfico peruano
han sido poco eficaces, el cual reluce la deficiencia del Estado en mal manejo
de la administración del gasto público y la salud pública. La crisis del covid-19
refleja el tradicional modelo económico peruano que sigue trayendo como consecuencia
la informalidad y desigualdad social, aunado a sobrecargar a los formales con
políticas tributarias más densas que buscan más acotar al contribuyente formal,
que perseguir y sancionar a los informales y combatir verdaderamente a la elusión
y evasión tributaria. ¿Por qué nos cuesta tanto llegar a una aportación
tributaria equivalente?
El próximo Gobierno debe replantear
el actual modelo económico, pues somos carentes de una justicia fiscal. La desigualdad
tributaria en el Perú evidencia un deficiente crecimiento a nivel tributario.
Se debería analizar qué sectores tienen más capacidad de contribuir a la economía
del país, en virtud al principio de capacidad contributiva.
En virtud de tal principio, las
personas deberán coadyuvar a través de la proporción directa con su capacidad
económica, de modo tal que quien tenga mayores ingresos económicos pagará más
impuestos, y quien tenga menores ingresos pagará menos impuestos. Empero, sería
propicio aplicar un impuesto a la solidaridad a las grandes fortunas; quien
gana más tributará más. Se debe replantear nuestro sistema tributario y económico.
Es así que, siendo las mypes el
sector más vapuleado por la propagación del covid-19, el próximo Gobierno debe
adecuar procedimientos enfocados en impartir cultura tributaria, direccionando
el cumplimiento tributario a través de una constante orientación y siendo menos
sancionador, aplicando incentivos tributarios. Es una buena oportunidad en
épocas de crisis que el Estado refleje su rol proteccionista y promotor de la
economía nacional.
Finalmente, el futuro cambio
tributario debe estar clasificado en orientar al ciudadano en adquirir un
régimen tributario perdurable en el tiempo a través del cumplimiento sus
obligaciones tributarias, no por obligación ni coacción, sino por el deber de
contribuir como su formación de crecimiento social, comercial, cultural, que
será garantizado por el Estado con políticas menos inquisidoras, a través de un
sistema progresivo, con normas tributarias de fácil entendimiento, garantizando
sobre todo la seguridad jurídica a los ciudadanos.
